martes, 22 de junio de 2010

La guerra del futbol por el Mundial de México de 1970 / II

LA GUERRA DEL FUTBOL POR EL MUNDIAL DE MÉXICO DE 1970 / II


Tomado de Comisión Cívica Democrática

La Guerra del Futbol (o la Guerra de las 100 Horas) fue llamada así porque el pretexto para iniciarla fueron los incidentes derivados de un partido de fútbol que enfrentó a las selecciones nacionales de Honduras y El Salvador. Fue popularmente bautizada así debido a que durante un partido de las eliminatorias a la Copa Mundial de Fútbol de 1970 entre Honduras y El Salvador se evidenciaron las tensiones políticas entre estos dos países que finalmente los llevaron a un conflicto armado. Fue una guerra breve ( duró sólo 6 días) entre El Salvador y Honduras en 1969. La situación social en ambos países era explosiva y se buscaba por parte de los militares gobernantes una salida conveniente para los grupos en el poder político de cada país.

Hechos

En 1969 se produjo la “Guerra de las 100 horas” con la invasión del sur de Honduras por el Ejército y la Aviación salvadoreña. Este conflicto tenía su origen en la década de 1920, cuando miles de salvadoreños emigraron a Honduras en busca de mejorar sus condiciones de vida. A finales de la década de 1960, el gobierno hondureño estaba bajo presión de organizaciones populares demandando una reforma agraria. A la comunidad salvadoreña, que sobrepasaba los 3,000, le fueron confiscados negocios y propiedades. Esto generó un clima de violencia contra los salvadoreños, con la aprobación del gobierno de turno de López Arellano. El Salvador tomó acción y el 14 de julio de 1969 invadió Honduras

Las Fuerzas Armadas de El Salvador, comandadas por el general José Alberto “El Chele” Medrano, capturaron 1650 km² de territorio hondureño, entre ellos Nueva Ocotepeque, territorio que fue restituido en agosto de ese mismo año. Fuentes estiman que en esta guerra murieron más de 2.000 personas. La guerra fue etiquetada erróneamente por periodistas extranjeros como la "Guerra del Fútbol", pues su inicio coincidió con una escaramuza generada entre los hinchas de las selecciones de ambos países después del tercer encuentro del campeonato por la eliminación hacia la Copa del Mundo 1970.

Los latifundistas controlaban la mayor parte de la tierra cultivable en El Salvador. Esto llevó a la emigración constante de campesinos pobres a regiones de Honduras cercanas a la frontera con El Salvador. En 1969, Honduras decidió redistribuir la tierra a campesinos hondureños, para lo cual expulsaron a los campesinos salvadoreños que habían vivido ahí durante varias generaciones. Esto generó una persecución de salvadoreños en Honduras y un "regreso" masivo de campesinos a El Salvador. Esta escalada de tensión fue aprovechada por los gobiernos de ambos países para orientar la atención de sus poblaciones hacia afuera, en vez de los conflictos políticos internos de cada país. Los medios de comunicación de ambos países jugaron un rol importante, alentando el odio entre hondureños y salvadoreños. Los conservadores en el poder en El Salvador temían que más campesinos implicarían más presiones a redistribuir la tierra en El Salvador, razón por la cual decidieron intervenir militarmente en Honduras.

El 14 de julio de 1969, el ejército salvadoreño lanzó un ataque contra Honduras y consiguió acercarse a la capital hondureña Tegucigalpa. La Organización de Estados Americanos negoció un alto el fuego que entró en vigor el 20 de julio. Las tropas salvadoreñas se retiraron a principios de agosto.

Al final de la guerra, los ejércitos de ambos países encontraron un pretexto para rearmarse y el Mercado Común Centroamericano quedó en ruinas. Bajo las reglas de dicho mercado, la economía salvadoreña (que era la más industrializada en Centroamérica), estaba ganando mucho terreno en relación a la economía hondureña.

Las dos naciones firmaron el Tratado General de Paz en Lima, Perú el 30 de octubre de 1980 por el cual la disputa fronteriza se resolvería en la Corte Internacional de Justicia.

Resultados de los encuentros

El 6 de junio de 1969 Tegucigalpa: Honduras-El Salvador 1-0 (0-0 en el descanso).
El 15 de junio de 1969 San Salvador: El Salvador-Honduras 3-0 (3-0)
Un desempate hacen juego el 27 de junio de 1969 - El Salvador-Honduras 3-2 (1-2 en el descanso, 2-2 en de jornada completa), jugado en Ciudad de México.

Consecuencias de la guerra

La muerte de aproximadamente 4,000 personas.
La finalización del esfuerzo de integración regional conocido como Mercado Común Centroamericano (MCE), diseñado por EEUU como una contraparte económica regional para contrarrestar los efectos de la Revolución Socialista en Cuba.

El refuerzo del papel político de los militares en ambos países

En El Salvador, en las elecciones legislativas que siguieron, la mayoría de candidatos del Partido de Conciliación Nacional (PCN) de El Salvador, en esa fecha en el gobierno, salidos del Ejército, hicieron una enorme apología de su papel en el conflicto y por consiguiente resultaron victoriosos en las elecciones de diputados y alcaldes de la época.

El agravamiento de la situación social en El Salvador, producto de las deportaciones desde Honduras, ya que el gobierno tuvo que facilitar a estas personas la reinserción económica, que no se logró satisfacer adecuadamente. Aumentó la presión social que derivó en la guerra civil que viviría el país centroamericano.

120 horas de guerra desatadas por una captura

Isaac Segura, un teniente retirado de la extinta Guardia Nacional, que participó en la toma de Nueva Ocotepeque, relata con detalles hasta ahora desconocidos cómo se gestó y desarrolló el conflicto que a lo largo de 37 años se ha conocido como la Guerra de las 100 Horas, la Guerra del Fútbol o, como lo llaman los militares, la Guerra de la Dignidad. Segura estuvo en el Teatro de Operaciones del Norte, junto al general José Alberto Medrano y al entonces teniente Roberto d’Aubuisson.

Los roces a raíz de la detención de un delincuente hondureño vinculado con el poder de ese país son otra de las causas que desataron la llamada Guerra de 100 Horas y que un ilustre periodista polaco bautizó con la Guerra del Fútbol. La verdadera gestación del conflicto entre El Salvador y Honduras fue el 27 de mayo de 1967.

Ese día, un grupo de guardias destacados en Polorós, La Unión, capturó al hondureño Antonio Martínez Argueta, quien era reclamado por dos jueces de Santa Rosa de Lima tras haber asesinado en 1961 a Alberto Chávez y, dos años después, a Marcelina Chávez, en el cantón Las Lajitas, de Polorós.

El arresto de Martínez Argueta, quien era allegado al presidente hondureño, el general Oswaldo López Arellano, encendió la chispa que dos años después haría explotar el conflicto.

A Martínez, que capitaneaba una banda de ladrones salvadoreños y hondureños, lo amparaba López Arellano, quien cuando supo que su ahijado estaba preso ordenó que tropas hondureñas invadieran la jurisdicción salvadoreña en Polorós, con el fin de emboscar a guardias nacionales.

Así sucedió el 29 de mayo. En la zona fronteriza de Monteca, territorio salvadoreño, una patrulla de guardias se enfrentó, al ser emboscada, a un pelotón de soldados hondureños.

En ese combate murieron tres guardias y dos más cayeron prisioneros. Perecieron también dos soldados hondureños.

Los guardias abatidos fueron arrastrados a territorio hondureño, donde ultrajaron sus cadáveres.

Ahí se pudrieron sus cuerpos y los capturados fueron llevados a Tegucigalpa,, donde sufrieron toda suerte de torturas.

Días después, el general José Alberto Medrano, director de la Guardia Nacional, envió un destacamento a la zona fronteriza con la misión de rescatar los cadáveres.

Más prisioneros salvadoreños

Ese destacamento, al mando del entonces mayor Alfredo Alvarenga, que después llegó a ser director de la Guardia Nacional, logró con la ayuda de civiles rescatar los cuerpos que ya estaban muy descompuestos.

En esos días, las relaciones se pusieron muy tensas entre ambos países y por ello, destacamentos de la guardia acamparon en Las Pilas (Chalatenango), Sabanetas (Morazán) y otros puntos fronterizos.

Algo muy desalentador ocurrió a mediados de junio. El Presidente salvadoreño Julio Adalberto Rivera, como para congraciarse con los militares hondureños y posiblemente así negociar el canje de Martínez Argueta por los dos guardias prisioneros, ordenó que dos oficiales, que después llegaron a ocupar puestos importantes en el Alto Mando del Ejército, a cargo de 43 soldados, sin qué ni para qué traspasaran el punto fronterizo de El Poy, Chalatenango, y se entregaran sin hacer resistencia a una patrulla de soldados en Nueva Ocotepeque.

2 comentarios:

  1. Ese batallon de soldados se les llamo " las bellas durmientes " , porque dijeron se adentraron en Honduras semidormidos . A ellos los canjearon por Martinez Argueta ( traicion a la patria ) . Los oficiales al mando murieron despues en circumstancias indeterminadas ( los asesinaron ) .

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  2. Gracias por su comentario. Muy interesante.

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