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miércoles, 16 de junio de 2010

VIDEO: George Best, un jugador excepcional

VIDEO: GEORGE BEST, UN JUGADOR EXCEPCIONAL



Por Javier Martín / 1001 Experiencias Xtreme

El apelativo “quinto Beatle” ha sido asociado a diferentes nombres a lo largo de la historia. La mayoría de ellos fueron hombres que rodearon a la banda de Liverpool durante sus años de apogeo. Gente que contribuyó, de una u otra forma, a cimentar la leyenda de John, Paul, George y Ringo. Pete Best, batería original de la banda antes de la llegada de Ringo Starr, ha sido identificado con asiduidad con la etiqueta, así como Brian Epstein, manager de los Fab Four, y George Martin, productor de la mayoría de su obra. Más extraño es lo de George Best, el genial y polémico futbolista del Manchester United, que no tuvo nada que ver con la obra del cuarteto de Liverpool, más allá de compartir casualmente apellido con el batería original y de la coincidencia temporal del apogeo de ambos, grupo y futbolista.

Se suele pensar que la identificación de Best como quinto Beatle tiene su origen en su afición por el alcohol, las noches de juerga y los coches caros, en su estilo de vida no muy lejano del de una estrella del pop. Quizás en alguna juerga compartida. Sin embargo, el germen de la leyenda no nació tras una noche de farra en las islas británicas, sino que tuvo su origen una tarde de marzo en Lisboa.

El descubrimiento del genio

“Creo que he encontrado a un genio”. Ese fue el telegrama que Bob Bishop, ojeador del Manchester United, envió desde Belfast al técnico Matt Bubsy. El genio tenía entonces sólo 15 años. El joven Best se trasladó a Manchester y debutó en Primera División en 1963, con sólo 17 años. Era aquel un Manchester United en horas bajas, herido y afligido tras la tragedia de Múnich de 1958, donde medio equipo perdió la vida en un accidente de aviación. Best lideró la recuperación del equipo, formando una sociedad mágica con Denis Law y Bobby Charlton, denominada la Holy Trinity, que devolvió al United a lo más alto

Poseedor de un regate eléctrico, una excelsa conducción de balón y un gran golpeo de balón con ambas piernas, George Best tenía una clase única. Su habilidad era prodigiosa, pero su potencia también. No rehuía el choque cuando era preciso y era un gran rematador de cabeza. Con un talento imposible de constreñir, Best se movía por todo el frente de ataque. En una época donde el número que se lucía en la espalda era reflejo exacto de la posición en el campo, él portó varios números. Se le suele identificar con el 7 (extremo derecho), pero no es difícil encontrar vídeos donde lleva el 8 (interior derecho), el 10 (interior izquierdo), el 11 (extremo izquierdo), y hasta el 9 (delantero centro), lo cual muestra su versatilidad.

La leyenda nació en Lisboa

En 1966 Best ya estaba instalado en el primer equipo del Manchester United, con apenas 19 años. El 9 de marzo el United viajó hasta Lisboa para jugar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa. En la ida los ingleses habían vencido en Old Trafford por 3-2. El Benfica, que había jugado cuatro de las últimas cinco finales y tenía a Eusebio como estrella, era claro favorito. A los seis minutos de partido, Best cabeceó a las mallas un balón colgado al área. Siete minutos después, el de Belfast se coló en el área y cruzó la pelota ante la salida del portero. Ese fue el arranque de un partido mayúsculo del norirlandés, que lideró a su equipo a una victoria épica por 1-5.

‘O quinto Beatle’. Así fue como denominó al día siguiente la prensa portuguesa a George Best. Los lusos quedaron prendados de ese futbolista de melena y patillas con pinta de rock star que hacía auténticas diabluras con la pelota cosida al pie. La leyenda del quinto Beatle acababa de nacer.

Una Copa de Europa para cerrar el círculo

La fascinación que existía por el juego de Best sólo era comparable a la que despertaba fuera del césped. Los rumores de su vida disipada crecían mientras él iba soltando en la prensa frases ingeniosas que alimentaban la leyenda. Con el balón en los pies o con una miss de la cintura, las cámaras lo amaban y él se dejaba querer. La gente lo adoraba y él se dejaba agasajar. Su vida se convirtió en una montaña rusa de goles, chicas guapas, coches rápidos y vasos vacíos.

1968 fue el gran año de Best. El Manchester United, con su mediática estrella al frente, ganó la Copa de Europa, venciendo en la final al Benfica con un gol de Best nada más comenzar la prórroga. Contra el Benfica había nacido el mito del quinto Beatle y contra el club portugués se producía la definitiva consagración, cerrando de alguna manera el círculo. Pocos meses después era galardonado con el Balón de Oro. Tenía 23 años y era el mejor jugador del mundo.

El lento declive

El problema es que lo que debía haber sido el principio de una época triunfal se convirtió en el punto de inflexión de su trayectoria. A partir de ganar el Balón de Oro, su carrera sufrió un progresivo declive. Best se había convertido en toda una celebridad, pero cada vez era más noticia por sus correrías extrafutbolísticas y menos por su labor en el césped. En 1974 dejó el fútbol. Tenía solamente 27 años, pero estaba cansado y aburrido. El juego ya no le ilusionaba.

Volvió a calzarse las botas, pero ya nunca al más alto nivel. Se fue a Estados Unidos, donde se intentaba levantar una potente liga de soccer a golpe de celebridades como Pelé, Beckenbauer o el propio Best, y regresó para jugar para el Fulham en la Segunda División inglesa.

Es un ejercicio tan inevitable como inútil elucubrar con lo que pudo haber sido y no fue. Nunca sabremos qué habría pasado con Garrincha de no haber sido por su afición al alcohol, hasta dónde habría llegado un Mágico González aplicado y ambicioso o qué lugar ocuparía Ronaldo Nazario si las lesiones no se hubieran empeñado en cruzarse en su camino. Del mismo modo, jamás sabremos qué habría sido de George Best de no haber sido por las fiestas, las mujeres y el alcohol, de no haber apurado sus días a ritmo de estrella del rock. Quizás de haber sido una persona más aburrida, esa grisura también se hubiera transmitido su juego. “Si yo hubiera nacido feo, nunca habríais oído hablar de Pelé”, dijo en una ocasión. Quién sabe.

Frases célebres de George Best

Por "Samanthor" / Tomado de Taringa

He aquí un jugador del Manchester United, que nació en Irlanda del Norte y fue uno de los mejores jugadores del mundo, poco común a los demás mejores jugadores del mundo, pero sí común a los ebrios que alaban el alcohol (que son muchos). Su particular forma de ver el mundo le da el reconocimiento. Pero vasta de introducción, he aquí unas frases célebres de este personaje.

1. "Yo podía jugar con las dos piernas, marcaba goles, muchos de ellos con la cabeza. Busby decía de mí que era el mejor en la disputa del balón. Trabajaba duro en la cancha, retrocedía a defender si hacía falta. Si perdía la pelota, era un insulto personal y la quería recuperar. Sí señor, me fastidiaba mucho que me la quitaran, porque era mi pelota."

2. Corren los años '70. Best está en la suite presidencial del hotel más caro de Nueva York, en una vasta cama con la "Miss Mundo" de turno en sus brazos. Amó a varias de ellas: "tengo carnet de socio", decía.

3. "Gasté mucho dinero en licor, mujeres y carros de carrera. El resto lo desperdicié".

4. Qué podía esperar la familia de un tipo que, tras un trasplante de riñón, se atrevía con este tipo de perlas: “Estuve allí dentro unas diez horas y me tome unas cuarenta pintas. Batí mi record por veinte minutos”. Comparaba la cantidad de transfusiones de sangre con pintas de cerveza.

5. “He dejado de beber, pero sólo cuando duermo”.

6. "En 1969 dejé las mujeres y la bebida. Pero fueron los peores veinte minutos de mi vida”.

7. “Antes, Robert Redford era un tipo muy atractivo. Ahora, mírale, está flojo, tiene la piel colgando y de un color muy extraño”.

8. “No le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien” (George Best hablando de David Beckham).

9. “Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con "Miss Mundo" iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas”.

10. "Si yo hubiese nacido feo, nunca hubieras oído hablar de Pelé".

11. "Se dice un montón de bobadas sobre defensas rudos y jugadores destructivos. Yo les llamo simplemente hijos de mala madre".

12. "Cuando está borracho George Best es el más deplorable, burro e ignorante pedazo de mierda que he visto" (lo dijo su mujer).

13. "Dicen que me he acostado con siete "Miss Mundo", pero sólo han sido tres".

14. "Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme. Sólo sucedía"

15. "Tendría que haber sido Supermán para hacer algunas cosas que se suponía había hecho. He estado en seis diferentes lugares en un mismo momento" (hablando sobre algunos bulos de su vida privada).

16. "Cada noche se bebe dos botellas de champaña con vodka, y por la mañana es imposible levantarle para que vaya a los entrenamientos" (su mujer).

17. "Cada vez que entro en un sitio hay sesenta personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no."

18. "En cierto modo, Angie me salvó y, probablemente, lo lamentará el resto de su vida", (hablando del día que intentó suicidarse)

19. "No me llega ni a los cordones de la botella" (sobre Paul Gascoigne).

martes, 15 de junio de 2010

Tragedia en el campo de juego: El hombre que murió jugando futbol

TRAGEDIA EN EL CAMPO DE JUEGO: EL HOMBRE QUE MURIÓ JUGANDO FUTBOL


Por Adrián Piñar / (Tomado de: Futbol de Costa Rica)

Marc-Vivien Foé nació un primero de mayo de 1975 y falleció haciendo quizás una de las cosas que más le gustaba en la vida; jugando al fútbol, un 26 de junio de 2003. Fue un futbolista camerunés que siempre puso en alto el nombre de su país, con entrega. Se desempeñaba como mediocampista central, nació y creció en Nkolo, Provincia Central, Camerún.

Foé comenzó su carrera profesional con el Canon Yaoundé en la Liga camerunesa. Participó en la Copa Mundial de Fútbol de 1994 y rápidamente fue traspasado al fútbol de Francia a jugar para el RC Lens en la Ligue 1, ganando el título en 1998.

Fue fichado por el Manchester United, pero tuvo una fractura en la pierna antes de terminar algunos acuerdos para su transacción que casi era un hecho en aquel tiempo.

A consecuencia de la lesión, perdió la oportunidad de participar en la Copa Mundial de Fútbol de 1998 y de jugar con "Los diablos rojos". Se recuperó y consiguió jugar en la FA Premier League cuando fue fichado por el West Ham United en 1999.

Volvió a jugar en Francia pero ahora para el Olympique Lyonnais en el 2000. En aquel mismo año, sufrió un ataque de malaria del cual se recuperó, siguió jugando y ganó con su equipo la Copa de la Liga Francesa en 2001 y el título de la Liga Francesa en 2002.

Foé retornó a la FA Premier League cuando fue cedido al Manchester City (su último club) donde tuvo una temporada exitosa. Como anécdota marcó el último gol de su club en el Maine Road Stadium ya que desde el 10 de agosto de 2003 el Manchester City (ya Foé fallecido) empezó a jugar en el City of Manchester Stadium.

Lo inesperado, su fallecimiento

La Selección de fútbol de Camerún participó del 18 al 29 de junio del 2003 en la Copa FIFA Confederaciones 2003. Los llamados leones indomables lideraron el Grupo B con 7 puntos, 2 goles a favor y 0 en contra , seguidos por Turquía.

En semifinales, Camerún se enfrentó el 26 de junio de 2003 a Colombia, segunda clasificada del Grupo A con 6 puntos, tras Francia que había conseguido nueve.

Murió de muerte súbita en el terreno de juego. Corría el minuto 72 del partido que Camerún le ganaba, con gol de Pius Ndiefi (CMR; 9' 1ºT), 1 a 0 a la selección Colombia, correspondiente a la Copa Confederaciones Francia 2003, 3 minutos atrás había sido expulsado el carrilero izquierdo Bill Tchato (CMR).

Marc-Vivien Foé, en el campo colombiano y cerca de la mitad del terreno de juego, siente la molestia cardiaca tomándose primero las rodillas intentando resistir el dolor, luego intenta volver al campo camerunés aunque caminando y finalmente se desploma, sin marcación personal de los jugadores rivales.

En el contexto en que estos actos ocurrieron, el partido se desarrollaba con el entonces guardameta colombiano Óscar Córdoba quien despejaba, centímetros fuera de su área, un balón que llegaría al campo camerunés, el cual fue rechazado de cabeza por Pierre Njanka y llegando al poder de Modeste M'bami, quien lo domina y de pase aéreo lo cruza al sector derecho a la posición de Geremi, quien se da cuenta de lo sucedido con Foé y saca el balón del terreno de juego.

El que estuvo más cerca de Foé en el momento de caer fue Jairo Patiño quien, al verlo en el suelo boca abajo (hay al respecto una foto que lo comprueba), le da vuelta y le baja la mano derecha con la que se tomaba la cara. A pesar de la atención médica que recibió, Foé, abandonó el terreno de juego ya fallecido.

Más tarde se confirmó que su muerte se debió a una hipertrofia cardiaca, probablemente congénita.

La autopsia

Su muerte conmocionó al mundo futbolístico debido a las imágenes de Foé inconsciente sobre el terreno de juego con los ojos abiertos pero con las pupilas dentro del párpado, éstas dieron la vuelta al planeta.

En la autopsia se descubrió que su muerte fue a causa de un ataque cardíaco, resultado de un crecimiento anormal (hipertrofia) del ventrículo izquierdo. Estudios toxicológicos no mostraron rastros de drogas en su sistema.

Reacción de familia, amigos y clubes

Además del Manchester City que retiró el número 23; los clubes franceses Racing Club de Lens y el Olympique Lyonnais retiraron el número 17 de sus camisetas en honor a él, quien jugó en ambos equipos. Sin embargo éste último volvió a habilitar el número en 2008, para que lo use el también camerunés Jean Makoun.

Su esposa, quien había alumbrado al tercer hijo de Foé diez días antes de su muerte, estaba presente en la Copa FIFA Confederaciones 2003.

Samuel Eto'o, gran amigo de Foé, le dedicó un gol en la final de la Copa del Rey que disputó ese año con el Mallorca.

Todos los que trabajaban en la Selección de fútbol de Camerún continuaron jugando el torneo como si nada hubiera pasado, como símbolo de honor y dedicando a su compañero sus actuaciones, además disputaron la final contra Francia.

Reaccionaron también los hinchas del Manchester City le dejaron flores a su tumba.

Fue recordado por la FIFA en la final de la Copa FIFA Confederaciones 2009, a través de un mensaje leído en el terreno de juego por uno de sus tres hijos, Marc-Scott.

Posteriormente otros jugadores han sufrido sucesos similares, todos igual de impactantes.